lunes, 12 de octubre de 2009

De los viajes

Siempre me he considerado un viajero. No me incomodan los medios de transporte, ni el cambio de clima, dormir en el suelo duro. Me gusta eso de llegar a un sitio que no conozco y acoplarme. Siempre me ha enorgullecido saber que puedo llegar a casi cualquier sitio con un mapa (urbano claro).
Me gusta la idea de pensar que de alguna forma soy un viajero, siempre en movimiento, siempre dispuesto a conocer otras personas, otros acentos, otras formas de vivir y ver el mundo.
Antes la gente me veía un poco así, por eso extraño haber sido artesano y periodista. Me veían y decían: "qué bueno poder ir a todas esas partes", y yo decía: "sí, pero también es duro". Ahora no.
Me encuentro en Cali. Llegué hace unos minutos a la terminal de transportes. Me han preguntado por teléfono que si estoy muy encartado y respondí que no, que estoy acostumbrado a viajar y a no maniarme. Casi se mueren de la risa. Casi me muero de la ira.
He venido a un café internet para poder sofocar un poco esta sensación de impotencia. Creo, en serio, no por mí, sino por lo que siento dentro de mí, que lo soy. Siempre me he definido como un cenobita, un hombre sin lugar, sin raíces...
Ahora resulta que no, que soy un sedentario, un hombre de un lugar. No sé cómo sentirme al respecto. Mal, creo. NO es lo que prefiero.
Hace sólo un par de años viajé a Cartagena, al Festival de Cine, casi sin dinero, estuve también en Barranquilla, Santamarta, el parque Tairona. Escribí algunas crónicas sobre eso.
En fin, tengo buenos recuerdos de algunos viajes. Así que volveré a sacar a relucir mis viajes en los Diarios del pasado. Atenganse mis queridos lectores, porque voy sin censuras con una Guía para viajeros sin plata.
No es que eso me convierta de nuevo en uno. Pero al menos me hará recordar que lo fui, creo.
Si voy a ser un árbol, al menos que sea uno con recuerdos.
Por ahora les iré contanto cómo me va en Cali.

¿Cómo las flores?
La canción es clara, "las caleñas son como las flores", pero faltan datos: ¿por qué? ¿el olor? ¿se marchitan rápido? ¿pertenecen al reino vegetal? Ya he venido antes y siempre he tenido la misma impresión: la mayoría no son tan bonitas. Las más hermosas están en dos sitios: los centros comerciales más finos y los barrios más pobres. Hasta ahora, por lo que vi en el avión, y luego en el viaje hasta la terminal y acá mismo, mientras espero, no son tan despampanantes. Hay una cosa que me decía el director caleño Jaime César Espinosa (Helena 2009)sobre sus coterráneas: vos podés ponerles los cachos a una caleña, podés darle mala vida, pero nunca pegarle. Eso pasa en cualquier parte de Colombia menos acá. Si le pegás a una caleña, estas frito".
La verdad, sí me da la impresión de que son muy bravas. Ahí está el parecido: tienen espinas, como las rosas. Pero son alegres, cariñosas y menos solapadas que la mayoría de las colombianas.
Tuve, hace ya varios años, una amiga escritora: Monica Emma Lucía Chamorro. Payanesa de nacimiento, pero caleña por decisión y domicilio. Era un encanto de mujer. La visité un par de veces en esta ciudad junto con su esposo, un italiano que hacía todo lo que ella le pidiera y más. Ella le decía "salta" y él contestaba: "qué tan alto". Así eras las cosas. Ahora ella vive en Italia, o al menos hasta hace unos tres años que le perdí la písta, así era. Era una mujer fascinante y depresiva. Hermosa.

La comida
Cali es famosa por algunos platos. Creo que venir a Cali y no comer sancocho de gallina hecho en leña es un auténtico despropósito. En lo particular, creo que es difícil encontrar una gallina que sepa bien, incluso acá, por eso generalmente no me la como. El resto del sancocho sí: la papa, el caldo, la yuca, el arroz, la ensalada. Todo es genial, en especial el olor a leña. me quedaré dos días y espero comerme uno como Dios manda. Ya les contaré. También está el champús, que nunca he probado, creo que esta vez me arriesgaré y el cholao, que he comido en otras partes, pero no acá.

Por ahora, y desde la sucursal del cielo, me despido.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

'despanpanantes' no: 'despampanantes'. Antes de p y b siempre va m. Con gusto. Que la pasés bien. Traéme de ese aguardiente valluno, que sabe un poquito a almendra. Abrazo. Pablo.

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