martes, 26 de mayo de 2009

Como en casa

Acabo de ocupar mi nueva casa. No tengo mucho: un cerro de libros, un colchón, un televisor, un DVD y, difícilmente, cuatro o cinco cosas más.
Es extraño, pero no siento que sea mi casa. Llego y me siento como si estuviera de visita. No me acostumbro todavía a ese baño, a esas paredes pintadas de blanco arena (por elección mía); esa cocina tan pequeña me da tristeza.
Envidio a mis amigos de otras latitudes que pueden decirle casa incluso a su cuarto en un hotel, que no ocuparán por más de dos o tres días. A mi todavía me cuesta trabajo no decirle casa a la casa de mi mamá y mi papá.
Viviendo con mi hermana pude decirle mi casa algún tiempo, como sin querer, hasta que ella me dejó muy claro que era su casa, entonces ya no pude soportar vivir allí. Ahora estoy en un espacio que podría ser mi casa, pero no lo es (todavía), y me pregunto ¿qué hace que una casa sea mi casa? ¿Los recuerdos que la pueblan? ¿Los elementos que la ocupan? ¿La mirada de quien las habita? No sé.
Lo que sí se es que la casa se está poblando, poco a poco de cosas mías, pero que parece que ahora son de ella. Eso me asusta un poco, un día podría levantarme y ser yo su inquilino, como en un manido cuento de Cortazar.

7 comentarios:

maggie mae dijo...

bueno, llevo ya más de dos años viviendo de nuevo con mamá, dadas mis difíciles condiciones económicas, desde que volví no siento que esta sea mi casa, aquí vivo pero no me atrevo a mover nada, ni a pintar, ni nada. Yo he dicho en voz alta que esta no es mi casa, es la casa de mi mamá y ella se emputa y dice que como que no, que si es, que puedo pintar y tumbar paredes si quisiera.
Supongo que necesitás un poquito de tiempo para sentirla tuya, poder comprar mas cositas y llenarla de vos. Bah, las casas no tienen vida, ojalá tuvieran, sería más divertido.
Esperate que podamos hacer una fiestecita que los gringos llaman housewarming (como para calentar la casita) y yo y tus amigos te compramos cositas.
y ve, ese cuento de Cortázar, La casa tomada, es uno de mis cuentos favoritos. Hay una edición que estaba en la biblioteca de la Universidad (estaba porque se la robaron) que era con el planito de la casa y el texto se iba corriendo a medida que se la iban tomando.

Ángela Cuartas dijo...

Yo llevo ocho años viviendo sola. En un apartamento viví seis, como al quinto lo sentí mi casa. Después me fui de ahí y llevo dos años otra vez sin casa. Hay gente que se demora más en hacer un territorio el suyo, yo soy de esas. Y dejarlo es durísimo. Un poco como los gatos.
Se necesita que pasen muchas cosas, no es solo decorar y ya. Uno llena las casas de vida, de la energía de uno y de lo que vive ahí.

Tomás David Rubio dijo...

Una vez más, me parecen injustos sus adjetivos con Cortázar: atáquenos a nosotros: a los lamentables cortazarianos, o esos que leen en bares metaleros un fragmento de algún cuento, o a esos que, faltos de verdadero juicio, lo apreciamos sin vergüenza alguna. Casa Tomada es extraordinario, nada de manido, y si lo es, no por ello su calidad disminuye Carlos. Manidos entonces también Pierre Menard o Ante la Ley, Bartleby o Wakefield.
La culpa es de los que creen que un libro es un donador de respuestas, un manual; no del que publica acaso con el afán de olvidar.

Carlos Augusto Jaramillo dijo...

Tomás, Tomás, por Dios bendito!!! Yo también creo que Casa Tomada es un cuento fantástico. Pero que yo diga que es manido no significa que sea malo o que lo esté criticando.

Yo lo pensaba un poco desde el verbo manir:

manir1.

(Del lat. manēre).

1. intr. ant. Permanecer, quedar.

Pero también desde la tercera acepción de manido en el RAE:

3. adj. Dicho de un asunto o de un tema: Muy trillado.

Así que deja de sentirte agredido, tu y tu banda de cortazarianos. Cálmate, reláxate y, por favor, no seas tan cronopio.

Tomás David Rubio dijo...

Acostumbrado a su tendencia burletera, casi siempre descachada; pensé que lo había tomado por la segunda de manido:

2. Podrido o a punto de pudrirse.
o la primera, también:

adj. Sobado, ajado, pasado de sazón.

(Ese blog nuevo de obviedades tal vez por esto tiene su gracia.)

¿Sabe? No he leído lo de cronopios. Pero si eso se refiere a alguien, como supongo, desde ya sépalo: todos serán igualitos a tí.

maggie mae dijo...

A ver, Tomás, si a Carlos le gusta o no Cortázar es su problema. Ud. le puso el tono y la mala leche a lo que él estaba diciendo.
Y una cosita: no meta en una misma frase el usted y el tu. Suena inmundo y le resta seriedad a lo que usted está tratando de decir (que no es que fuera muy serio). Mire un ejemplo: Quédase con el o ¿por qué me miras y se ríes?. ¿Vió?

Tomás David Rubio dijo...

Salí regañado Charlize, ¿si ve (s)?

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